La investigación social, política y de mercados, surge de la necesidad de entender al ciudadano/consumidor/comprador (CCC) para explicar su comportamiento y poder incidir en la orientación de sus decisiones. Al respecto se han estructurado una gran cantidad de modelos que de alguna manera han satisfecho tal necesidad, estableciendo formas de abordaje e interpretación de la realidad.
A lo largo de los casi 30 años que llevo trabajando en investigación en el mercado mexicano, me he percatado que hay muchos investigadores que han aprendido los caminos específicos para obtener resultados sin entender bien a bien la lógica que sirvió para construir estos modelos; sencillamente aprendieron a repetir un procedimiento a partir del cual explican la realidad pero no son capaces de profundizar los hallazgos, no por falta de inteligencia, sino por carencia de estructura metodológica y cognitiva.
En este sentido considero que un investigador debe mandatoriamente contar con las herramientas metodológicas y cognitivas adecuadas para poder abordar con claridad a sus sujetos de estudio, de manera tal que sea capaz de construir un análisis con la suficiente riqueza y profundidad para entenderlos certeramente.
La riqueza no se trata de la abundancia de detalles, sino de la presencia de aquellos aspectos verdaderamente relevantes para los objetivos del estudio. En mi carrera me he encontrado estudios plagados de detalles que apenas se asomaban a ser buenas anécdotas pero que no abonaban en absoluto a los objetivos del estudio. Los detalles importantes son los que pueden ser utilizados para la construcción de hallazgos que permitan la accionabilidad de las recomendaciones.
La profundidad en una investigación se consigue al cuestionar los hallazgos y entender la propia naturaleza de los mismos; es decir, un hallazgo no es espontáneo, no se aparece de la nada. Tiene un proceso de construcción cognitiva, tener claridad de cómo es ese proceso permite entender más allá del hallazgo y por lo tanto del sujeto de estudio, así como de los fenómenos y objetos de estudio.
De la misma forma, contar con este bagaje metodológico y cognitivo le da al investigador el poder de la transformación; es decir, le permite crear, modificar y deconstruir los caminos metodológicos preconcebidos, así como le permite apropiarse de la metodología, nominarla y por supuesto enseñarla.
Las agencias de investigación cualitativa se pueden dividir fácilmente en dos grandes grupos:
Las que repiten procesos sin entender la realidad y que ofrecerán siempre “focus groups” y “entrevistas a profundidad”.
Las que se han apropiado de las metodologías y que las nominan y juegan con ellas.
No solo es el hecho de haberlas nominado, sino que han aprendido a construir caminos exploratorios únicos y generalmente irrepetibles que normalmente brindan elementos diferenciados para la construcción analítica. Hablamos así de agencias propietarias frente a agencias replicantes.
ISOPOMER es una agencia que desde su conformación ha procurado ser agencia propietaria de sus metodologías y cuenta con un background sólido y basto. Te invitamos a conocernos mejor.
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